En ese momento el ateo exclamó. " - ¡¡Oh Dios mío, ayudame!! - ".
Entonces de repente, todo se paró, el oso se quedó con la pata levantada, el río paró en su cauce, el bosque quedó en un silencio absoluto, y de pronto, una reluciente luz ilumino todo el entorno.
A medida que la luz se hacia más clara, una voz procedente del cielo decia:
" Tú, que has negado mi existencia durante tantos años, que has enseñado a otros que yo no exista y has reducido mi creación a un accidente cósmico", ¿esperas que te ayude a salir de éste apuro? ¿Debo esperar a que tengas fe en mí?,
El ateo mirando hacia la luz dijo..., "!Sería muy hipócrita por mi parte pedir que me tratatras como a un cristiano¡ ¡ Pero
tal vez.... si que podias convertir al oso en cristiano!".
Muy bien, eso me parece justo, dijo la voz.
De repente la luz desapareció, el rio volvio a seguir su curso de nuevo, y el bosque volvio a retomar todos sus sonidos.
Entonces el oso, bajando la zarpa, hizo una pausa, bajó la cabeza y juntando las dos patas delanteras dijo:
Señor bendice estos alimentos que me voy a comer. Amén.
