Con ocasión de la pasada festividad de la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad, se han vertido en algunos medios diferentes opiniones y yo, desde esta columna, deseo hacer algunas puntualizaciones.

Las atrocidades que se describen y atribuyen a los conquistadores españoles y a la Iglesia Católica, basándose en una obra del dominico Fray Bartolomé de las Casas, que es posible se produjeran, no son, en mi opinión, sino una utilización sectaria, parcial y malintencionada de la Historia. Es la famosa “Leyenda Negra antiespañola y anticatólica” difundida por los protestantes ingleses,  holandeses, alemanes, franceses, calvinistas y otros, rivales de España en la conquista y colonización del Nuevo Mundo. Por supuesto, que ellos cometerían atrocidades semejantes y tal vez mucho peores, además de una mayor segregación racial, mientras los españoles se mezclaron mucho más con los indígenas de aquellas tierras.

Por otra parte, el famoso Bartolomé de las Casas en que basan su crítica, es el mismo que consideraba que los negros de América “no tenían alma”, es decir, que los veía poco penos que como  animales. ¡Vaya fuente se han ido a buscar como apoyo de su sectaria denuncia! Desconozco la nacionalidad se sus promotores, ni me interesa, pero desprenden un tufillo de “fundamentalistas latinoamericanos/antiespañoles” como del que muchos del Centro y Sur de América hicieron gala, intentando reventar en 1992 el Quinto Centenario de la hazaña de Cristóbal Colón y otros muchos.

Por otra parte, como la propia Historia se ha encargado de demostrar, el Atlántico, en vez de dividir, como ustedes piensan, lo que ha hecho es unir. Cantidad de españoles fueron para allá a principios del XX a buscar fortuna y ahora son infinidad los hispanoamericanos que se han venido para acá a buscarla. Sencillamente a ganarse la vida trabajando. ¿Hay “madre patria” o no la hay?. Seamos serios.

Les veo anclados en el pasado, en intentar reescribir la historia y pasar factura tanto después, algo así como ahora las Izquierdas, con ZP y otros a la cabeza, intentan con la reapertura de fosas de la superada Guerra Civil. Una solemne e inútil mirada al pasado sin ánimo de aprender de él sino de seguir odiando. Pierden el tiempo, porque de todos es conocido que España dejó su lengua, su cultura y su religión en aquellas lejanas tierras y que cientos de misioneros/as siguen entregando su vida y dinero en propagar el Evangelio de Cristo y en ayudar a todos sin nada a cambio. La semilla ha caído en buena tierra y ya hay más vocaciones allí  que aquí. Humildemente, deberían estudiar o leer más Historia de España y de Hispanoamérica para no hacer tanto el ridículo. JOSÉ MANUEL ONIEVA MARIEGES